IMPACTO DE LA IA, UN LLAMADO A LA COINTELIGENCIA Y LA CORRESPONSABILIDAD SOCIAL

En las últimas décadas, la inteligencia artificial (IA) ha experimentado un crecimiento acelerado, modificando profundamente el panorama global. A diferencia de otras tecnologías digitales previas, como el internet de las cosas (IoT) y el blockchain, la IA ha demostrado ser excepcionalmente versátil y transformadora. Por ejemplo, un informe reciente de Goldman Sachs, sobre los efectos económicos “potencialmente grandes” de la IA, estima que hasta 300 millones de puestos de trabajo corren el riesgo de ser automatizados debido a su implementación.

Comparar la evolución de la IA con otros grandes avances tecnológicos resalta su acelerado crecimiento y alcance. Mientras que la investigación para obtener la secuencia del genoma humano tomó más de una década y la llegada del hombre a la Luna requirió años de esfuerzo, la IA ha avanzado de manera exponencial en un corto período. Según el laboratorio de investigación de OpenAI, la capacidad de cómputo requerida para entrenar los modelos más avanzados de IA se ha elevado 300 mil veces desde 2012 y tiende a duplicarse cada tres meses y medio. En contraste, la llegada del hombre a Marte todavía está en fases tempranas de exploración, y la implementación global del internet tomó varias décadas. Estos datos evidencian que la IA ha logrado un progreso y una adopción mucho más rápida que otros hitos tecnológicos.

Temores y desafíos en la adopción de la IA

La adopción de la IA trae consigo varios temores y desafíos significativos. Uno de los principales problemas es la potencial incorporación de sesgos por parte de sus creadores. Por ejemplo, se ha argumentado que modelos como ChatGPT reflejan una perspectiva angloamericana. Además, dado que las IAs son desarrolladas principalmente por matemáticos y científicos de datos, surge la cuestión de cómo se integran los esquemas de valores humanos en estos sistemas. ¿Están los creadores de IA, diseñando estas tecnologías de manera que beneficien a la sociedad de forma inteligente y ética?

El potencial de manipulación es otro temor relevante. Estos sistemas pueden ser utilizados para influir en decisiones personales y colectivas, desde compras hasta elecciones políticas; por ejemplo: ¿Qué pasa si le preguntamos a la IA por quién votar? Para mitigar este riesgo, es esencial una educación que promueva el pensamiento crítico y la alfabetización digital. Las personas deben aprender a cuestionar la información presentada y comprender los mecanismos detrás de estos sistemas para evitar ser manipulados.

La adopción de la IA también presenta desafíos significativos en el ámbito corporativo. La integración tecnológica debe alinearse con la capacitación de los colaboradores. Según un reciente estudio realizado por el Institute for Business Value (IBM) señala que, en América Latina, el 51% de los CEOs informan que están contratando personas para roles relacionados con la IA Generativa que no existían el año pasado.

💡 El 74% dice que el éxito de la IA dependerá más de la adopción por parte de las personas, mientras que el 43% espera reducir o redistribuir su fuerza laboral en los próximos doce meses debido a esta tecnología.

La importancia de la Co-inteligencia

En este contexto, la Co-inteligencia, o la habilidad para utilizar la IA de manera crítica y efectiva, es fundamental. En su libro “Co-intelligence: Living and Working with AI”, Ethan Mollick propone cuatro principios para integrar la IA de manera efectiva:

1. Siempre invite a la IA a la mesa: Entendiendo que puede proporcionar una perspectiva alternativa para optimizar la toma de decisiones, identificar nuevas innovaciones y potenciar la creatividad.
2. Sea el humano en el proceso: Es esencial mantener una participación activa, verificando la precisión y la confiabilidad de la información generada para la distinción de respuestas falsas o incorrectas, así aseguramos que las decisiones estén en armonía con los valores y estándares éticos humanos.
3. Trate a la IA como una persona: Aunque la IA carece de conciencia y emociones, concebirla como una persona puede facilitar la interacción.
4. Asuma que esta es la peor IA que usará: Según enfatiza el CEO de OpenAI, Sam Altman, la IA actual es la menos avanzada que emplearemos a lo largo de nuestras vidas. La tecnología está en constante progreso, y las capacidades de la IA seguirán mejorando.

Estos principios subrayan la importancia de una interacción consciente y crítica con la IA. Pero no son las únicas acciones que podemos tomar. También existen otros abordajes de Co-inteligencia en el campo de la educación, por ejemplo, existen plataformas educativas impulsadas por IA que nos ofrecen cursos adaptados a nuestros intereses y nivel de conocimiento, es decir, están personalizados. Ahora existen lo que llamamos “tutores basados en IA” que proporcionan retroalimentación inmediata y sugieren recursos adicionales, facilitando el aprendizaje de nuevas habilidades.

En el campo de la toma de decisiones, se pueden emplear sistemas de recomendación y análisis predictivos basados en IA para prever tendencias y tomar decisiones más estratégicas. En el desarrollo de habilidades profesionales, podemos acceder a simuladores y entrenamiento impulsados por IA para mejorar habilidades específicas. En la innovación y el emprendimiento, utilizar la IA ayuda a crear prototipos, modelos de negocios, realizar análisis de negocios e identificar oportunidades. Como vemos, todas estas acciones han llegado a potenciarnos; sin embargo, debemos ser cuidadosos de no cruzar las líneas éticas o legales y poner siempre en el centro al factor humano.

💡 En conclusión, la adopción y desarrollo de la IA requieren una participación activa y responsable de la sociedad. Los ciudadanos debemos involucrarnos en el debate sobre su uso ético y responsable, asegurándonos de que esta tecnología se utilice para el beneficio común y la construcción de un futuro basado en la Co-inteligencia.